La Columna | Kenny Yucra Lopez |
Lecciones de Hipocresía
Todos
piensan que realmente somos buenos y nos ganamos las características de un buen
ser humano, tratando de imitar ser el perfecto, nadie es perfecto pero siempre
queremos ser los seres perfectos, sin maldad, buenas personas, buen amigo,
buena amistad, el chico de bueno humor, el más vacan de la clase o en el caso
de una mujer que cree que es la dueña del mundo y alucinando que tiene todo
sobre sus manos, que se siente manipuladora, se adueña de sentimientos y
decisiones ajenas, siendo capaz de pisotear la dignidad de la multitud de
personas con razón como a un enjambre de gusanos inocentes. En el peor de los
casos, cuando esta—aparentemente—mala acción, acción repugnante, hedionda y
nefasta todos lo notan, se le denomina falta de profesionalismo en su buena
acción, digo buena porque en sí, es bueno ser dos caras, de buenos rostros,
odiada, vilipendiada, despreciada y sobretodo los defectos; valorada.
Para
que consumes tus propios venenos, ¿acaso nos pasamos la vida entera envenenándonos,
preparando las mugrientas pócimas una y otra vez para tragárnoslos a cada rato,
haciéndoles creer a todos que eres la más hábil ante todos, y fingiendo ser
sutil para poder mancillar su conciencia, su capacidad de los que te rodean, de
tus propios amigos, de los inocentes que creen en ti?
Pero
ante ello, rescato la labor de manipulación que ciertas personas en el mundo
quieren alcanzar, el aporte a la supuesta inteligencia que todo creemos tener,
el acercamiento a las buenas acciones pro busca del perfeccionismo o mejor
dicho al mundo del arte de las personalidad. Como todo un experto alguien que
soy yo refuta y maldice a aquellos que se mueren lentamente por un sorbo de su
propia y mugrienta pócima, sin saber que las mentes frágiles que son los
humanos cualquieras, como todos en su mayoría, tristes y pobres inocentes,
saben de la forma en como los engañan y percibiendo la mala imagen de la
verdadera hipocresía.
Pero
se preguntaran de ¿Qué carajos está hablando este pobre y triste escribidor en
un blog que nadie lee?, en resumen
intento rescatar el valor de la “Hipocresía”. He leído a muchos escritores,
pensadores y muchos personajes llamadas figuras por decir algo importante,
algún aporte a la reflexión personal o a la personalidad y todos se dedicaron a
disparar al blanco, mostrando su desdén a esta palabra que anhelo demasiado, a
esta palabra “Hipocresía”, es decir, que casi todos dan el mal concepto de esta
característica natural que tiene el ser humano desde su nacimientos, aunque solo
alguien que es uno que me pareció más cercano a lo que pienso es Joan Fuster y
la frase “Han inventado la hipocresía, ¿no? Pues
harías mal si no te aprovecharas de ella”.
La
hipocresía es buena, es un arte de personalidad
y para los que anhelan acercarse a la perfección esto es una lección
para esos que no lo saben utilizar, esos mediocres, resentidos o más que todos
esos sinvergüenzas que muestran su hipocresía a la vista de todos. No merecen
vivir, yo los mataría a sangre fría y los disfrutaría verlos morir lentamente
entre mis manos, apretarlos como apretaría a una cucaracha gorda y culona y
hacerlo explotar sobre mis manos a esas bolas de caca que contaminan el
ambiente humanístico.
La
hipocresía es buena, es como ser un sicario asesino, que mata y elimina
personas a cambio de un salario. Pero
pongo el claro ejemplo del SICARIO. Un verdadero sicario se interesa más en la
limpieza de su nombre, no caer preso o terminar en una prisión donde terminara
violado, se interesa en buscar el crimen perfecto. Un sicario inteligente no
aprieta el gatillo, sino mata a su víctima haciendo que su muerte sea natural,
mientras que el sicario inútil siempre aprieta el gatillo o empuja el filo y se
mancha de sangre porque termino matándolo y es el verdadero asesino tristemente
imbécil.
La
hipocresía es buena, como y es tan bueno literalmente, hacer el trabajo de un
sicario inteligente, reitero que la hipocresía es un arte de personalidad,
siempre y cuando el ser humano lo sepa maniobrar y no irracionalmente joder a
las personas en el ojo de todos, en especial de los que te aprecian, manipular
con tus mugrientas manos a los inocentes, a los pobres indefensos que son más
perspicaces que tú y tú sigues creyendo tener el poder sobre todas las cosas y
mereces morir como una cucaracha gorda y culona que contamina el ambiente
humanístico por tu falta de ética hipocreisismo.
Es
un arte hacer el oficio de un hipócrita profesional porque sabes los que haces,
conoces los pasos e indicaciones y el trabajo de serlo, sabes en ti que eres un
hipócrita profesional y te anhelas tú mismo, te admiras de ser el gran
hipócrita y te sientes contento y estimulado porque puedes hacer lo que pueda
complacerte, un fariseo perfecto, sin sospechas ni despechos por las personas
que te rodean. No seas cucaracha gorda y culona porque querré matarte como un
asesino que mata por honor sin importar lo que pueda suceder, te mataría por
ser un hipócrita sin saber entre ti mismo que eres hipócrita, porque eres
hipócrita a las vista de todos y niegas serlo y no sabes que lo eres. Mereces
morir.
*
La hipocresía es un arte y es buena si lo sabes maniobrar, la hipocresía es
mala cuando estas siendo hipócrita y no sabes que estas siéndolo. *
Mayo de 2013
Blogger Comment
Facebook Comment