El grito de victoria que era desaforado por los jugadores
tuvo que ser retenido ante la bandera levantada del juez de línea. Era el
minuto 88 y Yordy Reyna había añadido la pelota en el arco chileno. La euforia
se había desatado entre sus compañeros con lo que era la clasificación al
Mundial, pero el árbitro paraguayo Enrique Cáceres ya había pitado la posición
adelantada de Edison Flores, el gol era invalidado.
En ese instante algunos pensaron que Dios no es peruano.
Que esa ayuda divina no estaba de nuestro lado. Que la mano que suelen recibir
otras selecciones nunca será de nosotros. El reloj ya era nuestro peor enemigo
porque a pesar de que empezamos ganando el partido con un gol de Edison Flores
a los 7 minutos, Bryan Rabello nos había quitado la ilusión con un potente tiro
libre imposible para Ángelo Campos. El éxtasis del triunfo se fue diluyendo
ahí.
Perú sintió la ausencia de Jean Deza, siempre explosivo
en sus intervenciones y el complemento perfecto de Reyna, que fue superado por
la marca física que propuso Chile. Lichnovsky, el capitán, no le regaló ni un
centímetro al delantero de Alianza Lima.
Andy Polo no fue el mismo del gol salvador ante Ecuador,
sino que se escondió y esta vez no brilló. Cristian Benavente estuvo impreciso
y Wilder Cartagena con Rafael Guarderas no se daban abasto para controlar los
rápidos contragolpes del rival que tenía como principal arma la habilidad de
Bryan Rabello, del Sevilla español. Estuvo iluminado y con el trajín de sus
compañeros, se hicieron del dominio del partido. Obligaron a que Perú intente
con pelotazos, una fórmula que nunca funcionó.
Era la oportunidad perfecta de cobrarnos la revancha ante
los chilenos que en 1999 también nos dejaron fuera del Mundial. En aquella
oportunidad el árbitro jugó en contra de nosotros al no pitar un claro off
side. Esta vez nos quitaron la alegría al cobrar la posición adelantada de
Flores.
Los chicos aún pueden crecer y algunos podrán abastecer a
la selección mayor. Edison Flores, Yordy Reyna, Jean Deza, Edwin Flores, Diego
Chávez y Rafael Guarderas deberían estar en un futuro cercano en las
convocatorias de Sergio Markarián. Fue una buena campaña que iba a tener el
premio perfecto en la clasificación pero no se logró porque se dejó escapar
puntos claves al inicio del hexagonal. Nos faltó eficacia en otros partidos en
los que dominamos. Allí se perdió la clasificación a Turquía.
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